Regiones Devastadas, en su
proyecto de reconstrucción de Las Rozas tras la guerra, mantuvo la ubicación de
la Plaza Mayor, pero modifico su orientación, abriéndola hacia una avenida de
nueva construcción (la actual Avda. de la Constitución) en vez de hacerlo hacia
la calle Real, como había sucedido hasta entonces. También transformó por
completo su aspecto estético, diseñando una plaza de nueva planta que nada
tenía que ver con la anterior.
De traza casi cuadrada, la nueva
plaza, situada al final de la calle Real, se elevaba ligeramente sobre el nivel
de esta, salvando la diferencia de alturas por medio de unos muretes de granito
con escalinatas a modo de graderíos que daban acceso a un amplio espacio
delimitado en tres de sus lados por edificios de dos plantas con soportales.
La plaza fue concebida como
centro administrativo, con el Ayuntamiento que, ocupando el edificio principal,
destacaba del conjunto por su austero pórtico, amplio balcón, y especie de pequeño
torreón con escudo, reloj y cubierta rematada con chapitel de pizarra de reminiscencias
herrerianas; centro de servicios, pues en ella se situaron la oficina de
correos y telégrafos, el estanco, la farmacia y el teléfono público, además de
algunos comercios; y espacio recreativo, con café-bar e incluso cine. Todo ello
complementado con algunas viviendas que ocupaban las plantas altas y, como es
lógico, convirtiéndose desde entonces, por su ubicación y amplitud, en el
centro neurálgico de todas las celebraciones, actos conmemorativos y fiestas de
carácter popular.
Las obras se iniciaron en 1941, y
aunque paulatinamente fueron entrando en servicio los diferentes edificios según
se iban terminando, los trabajos no se darían por totalmente concluidos hasta
1950.
Esta fotografía, realizada hacia 1943-1944, nos muestra una plaza Mayor, con sus edificios principales prácticamente finalizados, recibiendo la visita de responsables de Regiones Devastadas y otras autoridades interesadas en conocer el desarrollo de las obras. En la imagen, llama especialmente la atención la presencia hegemónica que en el conjunto urbano tiene la iglesia de San Miguel Arcángel, recién restaurada tras los graves daños que había sufrido durante la contienda, y con el cerro sobre el que se asienta totalmente despejado de edificaciones, pues todavía no se ha comenzado la construcción de los conjuntos de viviendas proyectados entre la iglesia y la calle Real (viviendas de la C/Escalerilla, casas parroquiales y esquina de la actual Avda. de la Constitución). No obstante, en la ladera del cerro son visibles ya los aterrazamientos efectuados en el terreno para la construcción de los recios muros de mampostería de granito que, junto a una serie de amplias escalinatas, conformarán los jardines de acceso al templo.
Poco a poco, el casco urbano de Las Rozas se iba recuperando de los desastres de la guerra.
Javier M. Calvo Martínez
(Procedencia de la fotografía histórica: Archivo personal de J. M. Calvo)
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