jueves, 21 de noviembre de 2024

UNA MIRADA AL PASADO (II): Los tiempos cambian

 

Esta fotografía, que nosotros situamos entre finales de los años 50 y principios de los 60 del siglo pasado, puede interpretarse como el final de una época.
Durante siglos, Las Rozas de Madrid había sido un pueblo eminentemente agrícola y ganadero. El principal cultivo siempre fue el cereal y el ganado mayoritario el ovino, con rebaños de cientos de cabezas que, habitualmente, superaban en mucho al número de vecinos que vivían en el pueblo.
Las cosas comenzaron a cambiar radicalmente a partir de la década de los 60. En 1963 se aprobaba el Plan General del Área Metropolitana de Madrid, al que siguieron diversas modificaciones y Planes Parciales que en Las Rozas se concretaron en el Plan General de Ordenación Parcial de Las Rozas (1969), el Plan de Ordenación del Casco Urbano y Primer Ensanche de Las Rozas (1973), o el Plan de Ordenación del Casco Urbano de Las Matas y Segundo Ensanche de Las Rozas (1975), por citar solo algunas de las actuaciones más importantes y significativas.
Lo que hasta entonces habían sido campos de cultivo, eras y pastizales, comenzaron a transformarse en calles, avenidas, bloques de viviendas y urbanizaciones, en un progresivo desarrollo urbano que continua en la actualidad. El mundo rural comenzó un repliegue hasta su casi desaparición, con una presencia agropecuaria poco menos que testimonial hoy en día, en que algo más del 93% de la población roceña trabaja en el sector servicios.
Por eso, esta fotografía, realizada poco más o menos en el momento en que comenzaba a producirse esa enorme transformación, nos resulta tan sugerente. En ella aparece el que seguramente sea uno de los últimos pastores que con su rebaño de ovejas recorrió las calles de Las Rozas. La instantánea está tomada poco antes de llegar a los altos de la Cuesta de San Francisco, una pronunciada pendiente, todavía sin asfaltar y prácticamente carente de edificaciones, que comunicaba el casco urbano situado en torno a la calle Real, con el núcleo ubicado junto a la carretera de La Coruña, conocidos durante siglos como el Barrio de Abajo y el Barrio de Arriba, respectivamente.
El gran edificio que aparece al fondo es el convento y casa espiritual Santa María, perteneciente a la institución religiosa Las Javerianas, que se instaló en Las Rozas en 1947. Su construcción se realizó en los primeros años de la posguerra, a partir de la parcial demolición y posterior remodelación de otro enorme caserón que ya existía en ese mismo lugar y que, junto a la iglesia de San Miguel, posiblemente había sido uno de los edificios más antiguos de Las Rozas, hasta que los daños causados durante la guerra y la construcción del nuevo convento, provocaron su desaparición.
Como podemos apreciar en la fotografía, la sede de Las Javerianas era un edificio que no pasaba desapercibido. Se trataba de una gran construcción de varias alturas, tejados de pizarra y un característico torreón que, ubicado en la parte alta de la Cuesta de San Francisco, presidía una enorme parcela que se extendía entre la calle Real y la actual Plaza de Madrid. Este gran recinto estaba vallado por una antigua tapia de ladrillo y adobe, la cual aparece también en la fotografía, y de la que todavía es posible localizar algunos pequeños fragmentos.
La institución de Las Javerianas, que sin duda permanece en el recuerdo de muchos roceños, continuó en el pueblo hasta finales de los años 80, momento en que vendió la propiedad, dando paso a la construcción de numerosos bloques de viviendas y del actual parque de Las Javerinas, que ocupa parte de lo que fue la enorme parcela de la institución religiosa.
Dos antiguas estampas de Las Rozas, el pastoreo y Las Javerianas, desaparecidas bajo el cambio de los tiempos, las transformaciones económicas y sociales y el desarrollo urbanístico.


Javier M. Calvo Martínez
(Procedencia de la fotografía histórica: Estudio Fotográfico López)

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