viernes, 6 de diciembre de 2024

LA CULEBRA DE ESCALERA

Ejemplar joven con el característico dibujo en escalera recorriendo su dorso , fotografía realizada en La Marazuela

Su presencia es bastante común en la zona noreste de Madrid. Su hábitat típico lo forman los terrenos pedregosos con abundante cobertura vegetal, pero también es muy frecuente encontrarla en huertos, jardines o descampados cercanos a los núcleos de población.

Los adultos tienen un color más oscuro y dos líneas paralelas recorriendo longitudinalmente su espalda. Los ejemplares jóvenes, de colores más claros, tienen una mancha dorsal negra formando un dibujo que recuerda a una escalera de mano, de ahí su nombre. Puede alcanzar una longitud de 1,6 m, aunque en general no suele medir más de 1,2 m.

Ejemplar adulto, con las dos bandas longitudinales y paralelas a lo largo de su dorso que se unen en la cola. Fotografía realizada en un descampado de Las Rozas

Cazadora diurna, se alimenta de pequeños mamíferos, aves y pollos, que casi siempre atrapa en tierra, matándolos por la constricción de sus fuertes anillos. Es una excelente trepadora, siendo capaz de subir fácilmente a los árboles para saquear nidos.

Por la noche busca abrigo en madrigueras de roedores abandonadas, entre las piedras y escombros, o en los huecos de los árboles. Los meses más fríos entra en un estado de aletargamiento, del que sale al inicio de la primavera.

La época de apareamiento suele producirse los meses de mayo y junio. Dos o tres semanas después, la hembra busca un lugar bien seguro en el que poner de 5 a 24 huevos, de cáscara blanca y blanda, que miden unos 6 x 2 cm. Dos o tres meses más tarde, dependiendo de las condiciones ambientales, nacen las pequeñas culebras, perfectamente formadas y capacitadas para sobrevivir, alimentándose inicialmente de insectos, como saltamontes, que ellas mismas cazan.


Aunque es totalmente inofensivas para el ser humano, muestra un carácter muy irascible, y no teme hacer frente al agresor si se siente acosada, resoplando fuertemente.

Gran depredadora de micromamíferos, siempre ha resultado especialmente beneficiosa para la agricultura y un eficaz agente para evitar plagas. Sin embargo, al igual que tradicionalmente ha ocurrido con el resto de ofidios, la culebra de escalera ha sido perseguida y eliminada por el hombre. Costumbre que, afortunadamente, va desapareciendo. En la actualidad, al igual que el resto de reptiles, es una especie protegida.


ASOCIACIÓN HISTÓRICO-CULTURAL CIERZO

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