La “Quema del Judas” es una
tradición que, con diferentes variantes, se celebra en muchos pueblos de España,
normalmente, al final de la Semana Santa.
Aunque con claras
reminiscencias paganas, esta celebración está íntimamente asociada a los autos
religiosos y gira en torno a la figura de Judas Iscariote que, según los Evangelios,
traicionó a Jesús a cambio de 30 monedas de plata en el jardín de Getsemaní,
donde por medio de un beso identificó a su maestro para que pudiera ser
detenido, comenzando así la pasión y muerte de Cristo.
Todo ello provocó que la
cultura cristiana convirtiera a la figura de Judas en sinónimo de corrupción, engaño
y vileza, lo que justificaría esta tradición popular en la que un muñeco o
pelele, que representa al apóstol traidor, es quemado, apedreado, manteado y/o
apaleado públicamente, simbolizando así el triunfo del bien sobre el mal y la
derrota del pecado.
Desde el año 2013, el Domingo
de Resurrección tiene lugar en Majadahonda una de estas quemas del Judas, recuperando
una costumbre que hacía varias décadas que había dejado de celebrarse. En
realidad, no parece que se tratase de un evento demasiado antiguo ni arraigado
en el municipio. Con anterioridad a la Guerra Civil no encontramos ninguna referencia
al mismo, y habrá que esperar hasta los años 50/60 para poder constatar su
celebración, la cual se terminó perdiendo hacia finales de los 70, principios
de los 80.
Sin embargo, Tomás Descalzo
Aparicio, en su libro de memorias titulado “Historias de Majadahonda” (2005), nos
presenta El Judas como “una tradición muy arraigada en Majadahonda” y
nos describe detalladamente las características fundamentales de la misma:
“En Semana Santa se hacía un
muñeco de trapo de grandes proporciones que representaba a todo lo malo que
había ocurrido durante el año y al que se le llamaba “El Judas”. Durante
algunos años su cara trataba de parecerse a la del alcalde de turno.
El día anterior a su ejecución
lo pasaba el muñeco en el calabozo de Majadahonda y llegada la hora lo
colocaban en la plaza de la Constitución sobre una pira de leña, bien sujeto
para que permaneciera en pie el mayor tiempo posible. Se le prendía fuego y dos
personas respetables del pueblo, con sendos palos largos, le daban una soberana
paliza ante el alborozo de los vecinos que se habían concentrado a su alrededor.
Después de la quema se lanzaba una colección de fuegos artificiales.”
Sin duda, el origen de la
Quema del Judas en Majadahonda partió de la parroquia, ya que esta celebración
se realizaba al final de la Procesión del Santo Encuentro, tradicional en
muchos pueblos de España, pero que en Majadahonda también parece haber
comenzado a celebrarse en aquellos años 50/60. Durante este acto solemne, que
se realizaba el Domingo de Resurrección, dos procesiones salían de la iglesia de Santa Catalina en direcciones opuestas: una con la Virgen de la Alegría, cuyo
rostro era cubierto con un velo, y otra con la imagen del Divino Niño, que
representaría a Jesús resucitado. Al final de sus respectivos recorridos, ambas
procesiones se encontraban frente a la iglesia, momento en el que el alcalde
retiraba el velo del rostro de la virgen, procediéndose posteriormente a la
quema del Judas.
Afortunadamente, contamos con
una serie de magnificas fotografías realizadas en los años 60 por Antonio
Alcoba López, en las que podemos ver cómo eran aquellas primeras Quemas del
Judas en Majadahonda, confirmando muchos de los detalles que Tomás Descalzo
Aparicio recogía en sus memorias.
En esta primera fotografía se recoge el momento final de la Procesión del Santo Encuentro, en el que ambas imágenes se encuentran frente a frente.
Esta instantánea, realizada desde la torre de la iglesia, nos ofrece una panorámica general del ambiente previo a la quema del Judas. Resulta especialmente interesante conocer el aspecto que en aquellos años 60 ofrecían la calle de la Iglesia y la Plaza de la Constitución, ambas sin pavimentar y donde, junto a edificaciones más antiguas, destacan algunas de las actuaciones realizadas por el organismo Regiones Devastadas al concluir la guerra, como una serie de viviendas y el grupo escolar que aparecen en la parte superior, a la derecha de la imagen. También, al fondo, podemos ver el antiguo cementerio junto al camino que conducía a Las Rozas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario